Free Counter

¿De quién es la universidad?

La ominosa revelación de que no estoy ciego, de que puedo leer lo que estoy leyendo, de que no está grabado en mi mente, sino en un muro de ladrillos... grabado con timidez universitaria: "¿De quién es la universidad?". Oh, ominosa revelación; oh, pregunta sin respuesta; pregunta revolucionaria, pregunta que incita a la protesta, a la lucha, a la búsqueda infinita de libertad juvenil y apasionada. 


Mientras caminaba hacia mi casa me ha confundido esa pregunta. Me ha confundido porque a millones de kilómetros en la Pontificia Universidad Católica del Perú, sin que se escribiera en los muros, la misma pregunta rebotaba en las pizarras previstas para los ataques revolucionarios y no tan revolucionarios de los universitarios. Sí, ya sé, que hace poco yo era uno de ellos, pero la verdad, la gente que me conoce sabe que he sido un universitario extraño (intenso); un estudiante medianamente responsable y bastante faltoso. Nunca fui irrespetuoso que ningún profesor que no lo mereciera. Así se resume mi problema con la autoridad: que no la considero autoridad, sino par; par humano, par persona, par individuo que merece tanto respeto como el que da. Y ese mi problema tiene consecuencias muy interesantes.


Primera consecuencia interesante, no me interesa salir a marchar para revelarme al sistema. Sea cual sea el sistema del que se trate, salir en son de protesta es reconocer la autoridad y ya he dicho que yo no la reconozco como tal.


Segunda consecuencia interesante, no me considero dueño de nadie ni considero a nadie mi dueño. Esta consecuencia parece tonta, pero hay que ver como actúan las personas cuando están endeudadas. Es el típico caso, para mi, de cómo se pierde la libertad sin darse cuenta. De pronto, nos convertimos en esclavos del dinero. O cuando alguien nos hace muchos favores, nos sentimos en la "obligación" de estar dispuestos a devolver dichos favores. 


Por lo tanto, la pregunta, que para muchos estudiantes universitarios es vital, "¿De quién es la universidad?", para mi es una pregunta sin sentido. Es decir, no me interesa en principio saber la respuesta, pero en tanto que los gritos conjuran una respuesta descabellada, me interesa. La respuesta que vamos a encontrar escrita en cualquier baño universitario es: "La universidad es de los estudiantes". Cualquier variante de esta respuesta da igual, porque la respuesta es absurda.


La universidad en principio, como cualquier cosa, es decir, como cualquier objeto, tiene un dueño. Y así como cualquier objeto, el dueño es aquel que ha pagado por ello, o aquel que desde siempre lo ha poseído. En este caso, el dueño de una universidad pública será el Estado. El Estado es el que alquila estos servicios a los padres de los estudiantes o a los estudiantes mismos. En el caso del dueño de una universidad privada será, pues, los accionistas, hay que recordar que se trata de una empresa, básicamente, con fines bastante positivos para la sociedad, pero no por eso deja de ser una empresa cuyo objetivo primordial es entonces un equilibrio positivo entre ingresos y egresos. 


Es sospechoso que los estudiantes crean que la universidad es de ellos. ¿Qué los lleva a pensar semejante desfachatez? Lo primero que se me ocurre es que en su afán de sentirse libres se ven en la necesidad de poseer todo aquello con lo que tienen contacto directo. Sin embargo, la trampa es que lo que es de los estudiantes, no es la universidad, sino el conocimiento. El conocimiento es lo que no puede ser de nadie más que no sea de uno, la infraestructura, los profesores y la política administrativa de la universidad poco o nada tiene que hacer. Es decir, si una lucha contra la autoridad debe darse, deberá ser en términos no de exigir derechos porque "la universidad es nuestra", sino de tomar el poder porque quienes son autoridad no lo están haciendo bien. Eso de exigir derechos, de pedir becas y más dinero para financiar cosas me parece ridículo; si no están de acuerdo con la política de administración pues deben tomar acciones más concretas. El error más grande de todo estudiante es creer que existe democracia al interior de una universidad. No hay democracia en una universidad, lo que hay es un contrato de prestación de servicios. ¿Por qué es tan difícil aceptar esto? ¿Acaso sin esta presunción errada de "democracia" en la universidad los estudiantes universitarios nos quedaríamos sin burbuja en la cual jugar a ser ciudadanos?


La universidad es para estudiar, para adquirir conocimientos, pero sobre todo, para adquirir una mente crítica y analítica. Si alguna persona pasó por la universidad, cualquiera que esta sea, y no adquirió dichas habilidades, lamento decirle que tiró su dinero a la basura. No me interesa si tiene un doctorado en Harvard. Si la capacidad para analizar y tener un visión crítica de la realidad no se obtiene al cabo de un tiempo, la universidad no sirvió para nada y todo dinero gastado fue en vano. La gente piensa que se va a la universidad para obtener un título, otro gran error. El título puedo conseguir en Azángaro; tampoco se va para "ganarse" un título, el título me lo puedo ganar siendo lambiscón. 


No me parece mal que alguien se pregunte, "¿De quién es la universidad?", pero si la respuesta va a ser que la universidad es de los estudiantes, que como tenemos un sentido revolucionario de la educación y porque creemos, de manera egocéntrica, que el estudiante conoce mejor lo que es mejor para la universidad que los profesores y administrativos que han pasado más años relacionados con ella, entonces es mejor quedarse callado y volver a la biblioteca en busca de más y mejor herramientas para ser críticos ante la realidad.





No hay comentarios.: