Hoy, recien hoy, le doy la bienvenida al año, porque estoy listo para decirle adiós y punto.
Adios cada segundo pervertido en los cuales desgasto el pensamiento.
A Dios, cada hora de mi vida, cada instante delirante que atraviesa mi ventana como rafaga huracanada de flor.
Here, there and everywhere... adiós ventanas oscuras, complices de amor, terror y lujuria; somos victimas del adiós más inocuo, vano y cruel,
pero igual lo queremos todos y dejamos nada de piel en el tiempo, creemos que no y sí
nos arranca la piel cada segundo de transcurrir empedernido, cada cilindro vacío, o que
¿qué? Sino acaso, un solo pensamiento, una claridad espantosa de las cosas
Hoy recién puedo aceptar que nada de este año me queda, sino que se me va, todo se me va año tras año, no crezco yo, sino que disminuyo: menos pensamientos, menos música nueva por escuchar... acepto el adiós porque el hasta luego me disturba y no me gusta el engaño simple y vulgar
prefiero creer que en verdad un día puede durar 600 páginas dependiendo de quien lo describa,
prefiero los engaños tercos y arrebatados que sueñan sin quedarse con las ganas de ser
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